La teoría es que el cerebro emocional está en constante interacción con la corteza cerebral lo que facilita el control de nuestras emociones. Son los lóbulos frontales y prefrontales los responsables de la asimilación de esas emociones. Moderan las reacciones emocionales frenando las señales del cerebro emocional. Además, son los desarrolladores de los planes de actuación ante las situaciones emocionales.
Para que podamos sentir felicidad, existen unos componentes importantes que deben estar presentes:
- Placer físico: Originado por la dopamina que se genera ante una excitación sensorial o sexual, o por el logro alcanzado por un ser querido.
- Ausencia de emociones negativas: La amígdala es la responsable de hacer un primer análisis de la situación y si considera que puede ser una amenaza se pone en alerta generándose el estado de miedo o tristeza, y así se enfrenta a la alegría que originaría nuestra felicidad.
- Significación: El área Ventro Medial es fundamental ya que da sentido a nuestros pensamientos y otorga coherencia.
No olvidemos los neurotransmisores que son el transporte de nuestra alegría o tristeza entre las neuronas, pero solo son eso el vehículo de transmisión de nuestros sentimientos.
Alcanzar la felicidad es más complicado de lo que parece o quizás no. Está en nosotros y nosotras alcanzarla, sin derrumbarnos, haciéndonos fuertes y sobretodo manteniendo a la amígdala relajada para que no se ponga en alerta con sentimientos negativos bloqueando la llegada de sentimientos alegres a nuestra vida. Esta sería la mejor manera de alcanzar la felicidad.
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